En una ocasión un hombre peleó con un ángel hasta el amanecer por una bendición. Amanecía y en la pelea el ángel le decía: Suéltame!!! y Jacob, que así se llamaba el hombre le contestó: "No te dejaré, si no me bendices". Esa fue una pelea cuerpo a cuerpo, luchando por una bendición y un hombre decidido a recibir lo que necesitaba. (Génesis 32:22). Esa es la actitud que tienes que tomar cuando necesites una bendición. Tienes que pelearla, tienes que lucharla, dia y noche, hasta el amanecer, pero decidido que no dejas de orar y clamar hasta recibir la bendición. A veces las bendiciones llegan solas, pero a veces hay que pelearlas. Cuando ese sea el caso, pelea y no dejes de luchar hasta que Dios te bendiga. Sabes cuantas bendiciones hay despachadas y no han llegado a su destino porque hay gente que se rinde, que se conforma, y no pelea su bendición. No importa los contratiempos, no importa quien la quiera detener o estorbar, no importa quien quiera obstaculizar tu bendición, si de verdad la quieres, la vas a pelear y la obtendrás. Esa prueba tiene su bendición, esa enfermedad tiene sanidad, ese divorcio no llega a su fin, ese dolor tiene sus días contados, esa petición que hace años estas luchando, peleála hasta el amanecer y dile al ángel que forcejea contigo: si no me bendices no te vas. Exígele que tu bendición sea hoy, que te llega, que la recibes porque la has peleado con insistencia. Estás a punto de recibirla porque la has peleado, cuerpo a cuerpo hasta el amanecer.
HOY TE DIGO que vas a tener una pelea hoy. Pelea tu bendición. Dile al ángel que trae tu bendición, que si no te bendice no se va. Pelea cuerpo a cuerpo, hasta el amanecer, pero con ruego, con insistencia, con necesidad. Agarra tu bendición y no dejes ir al ángel, o te la da o no lo sueltas. Pero hoy estás decidido a no esperar mas, a recibirla, a pelearla, a luchar con quien sea, como sea, cuando sea. Pero recibes la bendición por la que has peleado y la que Dios te despacho hace tiempo, pero tu conformidad, tu desánimo, te rendistes y dejastes de esperarla. Pero hoy es tu oportunidad. Ya la bendición está frente a ti, que vas a hacer? Pues claro que sabes lo que tienes que hacer: Vas a pelear con el ángel y le vas a decir: No te dejaré, si no me bendices.
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