Luego
de haberle demostrado a los profetas de Baal quien era su Dios y de que el
pueblo lo reconociera, Elías oraba por lluvia pues había una gran sequia en su
tierra. Le dijo a su criado “una lluvia
grande se oye”. Estas eran palabras de
fe! Su criado revisaba con frecuencia según
le indicaba Elías, siguiéndole el paso, pero nada pasaba. Elías se mantenía orando con la cara sobre
sus rodillas sin mirar las circunstancias a su alrededor. Mandaba a su criado que mirara una y otra vez
sin aparente resultado.. Entonces Elías le dijo: “vuelve siete veces”. En la séptima su criado le dijo “yo veo una pequeña
nube como la palma de la mano de un hombre” (1 Reyes 18:44). Al momento hubo una gran lluvia porque la
mano de Jehová estaba sobre Elías.
HOY
TE DIGO que si hay sequia en tu vida, prepárate. Parece que va a llover. Eso que has estado pidiendo está a punto de
caer como una gran lluvia. No te fijes
en las circunstancias que dicen lo contrario.
Enfócate en el Dios de lo imposible que te enviara en grandes
proporciones todo lo que has pedido en oración y lo que has creído en fe.