El
silencio es la ausencia de ruidos, sonidos o palabras. Hay momentos en que disfrutamos el silencio
porque provee paz y descanso. A veces es
mejor ser dueño del silencio que esclavo de las palabras. Pero cuando el silencio se convierte en indiferencia
acarrea un gran peligro. Guardamos silencio
ante la violencia, ante los golpes, ante el insulto, ante los crímenes y nos
convertimos en seres tan perversos como los que cometen estos crímenes. Lo peor de las cosas malas es el silencio de
los que se creen ser gente buena. Ante nuestra
vista ocurren crímenes, tragedias y cosas estremecedoras todos los días, guardamos
un silencio hermético y lo peor es que nos creemos bondadosos y buenos. La indiferencia es el arma mortal de los
buenos. Permitimos que maten gente buena
y gente inocente porque no nos atrevemos a hablar para detener al que lo hace
mal. El silencio puede ser una mala
respuesta. Por guardar silencio el mundo
está perdido y el crimen va en aumento.
HOY
TE DIGO que tengamos cuidado con el silencio.
En ocasiones es muy bueno, pero cuando se transforma en indiferencia es el
arma más mortal que alguien pueda tener.
Guardemos silencio para ofender, criticar o condenar. Pero hablemos para señalar las cosas que no están
bien, para ayudar a esclarecer una situación injusta, para no dejar que el
crimen siga en aumento por el silencio que guardamos. Si nos creemos buenos y
bondadosos no seamos cómplices de los criminales, armados de nuestro silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario