lunes, 21 de noviembre de 2011

OJOS DE GATO


Leyendo sobre los ojos de los gatos, encontré que sus ojos brillan en la oscuridad porque su órgano de la visión tiene un lente que logra aumentar de 30 - 50 veces cualquier rastro de luz, por pequeño que sea, y hace brillar los ojos de los gatos en la oscuridad.  Cuando sus pupilas se dilatan al máximo recogen mayor cantidad de luz, lo cual aumenta su potencia visual.   Los gatos tienen visión binocular, para poder ver en mayor dimensión.  Esto lo ayuda a cazar sus presas. Abriendo y cerrando los ojos ajustan el nivel de luz que entra a sus ojos, y esto le puede funcionar como una especie de reflector en la obscuridad.  A los siete días de nacido el gato abre sus ojos y puede utilizarlos, pero no es hasta las doce semanas que llega a dominarlos. Esto me lleva a comparar nuestra visión espiritual con los ojos de los gatos.  Empecemos por decir que nosotros abrimos los ojos al nacer y los empezamos a utilizar inmediatamente.  Dios nos dotó de la visión al momento de nacer y no tenemos que esperar para utilizarlos.  Aunque nuestros ojos no tienen la doble función que tienen los ojos de los gatos, Dios nos dotó de ojos espirituales para poder detectar a nuestro depredador.  Cuando el enemigo viene sigiloso a atacarte en medio de tu peor momento, los ojos de la fe se dilatan, y reflejan la luz de Dios a través de ellos, que hace que a distancia puedas detectar el enemigo.  Tus ojos se convierten en reflectores cuando son activados por la fe, lo que hace que brillen en la oscuridad.  La luz que irradia tu fe, hará que el enemigo retroceda, cegado por la inmensa luz que reflejas a través de la peor situación que estés viviendo.  Fíjate que necesitas oscuridad para que se activen los reflectores de los ojos.  Tú necesitas momentos difíciles para que los reflectores de tu fe se activen.  Solo así sabes si te están funcionando.

HOY TE DIGO que al igual a los gatos que sus ojos son como reflectores en la oscuridad, Dios nos dio los ojos de la fe para activarlos cuando estamos pasando por senderos oscuros.  Esos momentos difíciles, esos desiertos, esas pruebas o situaciones que amenazan con destruirnos, son las oportunidades para poner a funcionar tus ojos de gato.  Activa los reflectores de la fe, demuestra que en tu peor crisis, en la mayor oscuridad, cuando no haya un rastro de luz, tu activaras tus ojos de la fe, tus reflectores espirituales, cegaras al enemigo con el reflejo de la luz de Dios en tu vida, y hará a tu enemigo retroceder.  Lo cegaras con tus ojos de la fe y el enemigo huira de ti.  En Salmos 32:8 dice: “Sobre ti fijaré mis ojos”.

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