miércoles, 1 de agosto de 2012

ROMPE EL PROTOCOLO


Hay momentos determinantes en que tenemos que romper las reglas.  Siempre se nos ha enseñado que las reglas se tienen que cumplir según están establecidas.  La desesperación o la necesidad en ocasiones nos hacen romper las reglas.  En la antigüedad existía un protocolo o reglas establecidas para ceremonias oficiales. Nadie podía presentarse en el salón del Rey sin antes anunciarse y el que así lo hiciera debía morir.  En Ester 5 está el ejemplo de cuando la Reina Ester intentó hablar con el Rey Asuero y entro sin antes ser anunciada y por poco le cuesta la vida.  La necesidad la llevó a cometer un acto de desesperación y se corrió el riesgo.  El Rey le otorgó el cetro que era el símbolo que le permitía estar allí y le salvó la vida.  El protocolo se rompió, pero el amor del Rey por ella era tan grande, que escuchó su petición y ella salió airosa de la situación.

HOY TE DIGO que a veces tenemos que romper el protocolo y presentarnos ante el Rey sin formalidades.  Ve a su presencia sin muchas reglas y con un corazón humilde.  Olvídate de hacer una oración rebuscada y muy elocuente y preséntate a su presencia tal cual eres.  Irrumpe y entra desesperado a su presencia.  Tu rey te extenderá el cetro y tu petición será contestada y concedida por El.  Rompe el protocolo y entra en su presencia hoy.

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