miércoles, 9 de mayo de 2012

ME ESCONDI…



Leyendo en Génesis 3:10 dice: “Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, pues estoy desnudo. Por eso corrí a esconderme”. Cuando Dios termina su creación, que hizo el huerto del Edén, y puso a Adán y Eva allí, pero le dio una orden clara de no comer de cierto árbol.  La curiosidad los llevo allí, y fueron convencido de que no había nada malo en probar aquel fruto.  Era una contra orden de alguien que no era su creador.  Hicieron justo lo contrario de la orden de Dios, y comieron del fruto del árbol.  Todo lo negativo de lo que Dios le quiso librar, lo descubrieron al desobedecer.  Se abrió su mente y su imaginación y le costó un precio muy alto esa desobediencia.   Cuando Dios los busca, donde se supone que estuvieran, ellos corrieron a esconderse.  Tuvieron que admitirle a su creador que le habían fallado.  Sabían que tendrían que pagar consecuencias y tuvieron miedo.  Se escondieron.  Luego salieron a justificar su conducta, e inmediatamente Dios le explicó lo que iba a pasar de ahí en adelante.  Eso también sucede cada día en nosotros cuando pecamos.  Desobedecemos la voz de Dios,  nos ocurren cosas negativas y nos ocultamos de su presencia.  Sentimos miedo porque sabemos que hay consecuencias por tu conducta.  Cuando Dios te confronta pones todo tipo de excusas, tratando de quedar bien con El.  Sabes que desobedecer a Dios tiene consecuencias y a veces las pagamos con un terrible desenlace.  A su perfecta creación le toco abandonar el lugar más hermoso que Dios había creado para ellos; y también le puso un castigo a los tres.  La mujer pariría con dolor, el hombre trabajaría con el sudor de su frente y la culebra se arrastraría por la tierra.  Todavía esas consecuencias repercuten en nuestra generación.  Ten cuidado con lo que haces hoy, porque mañana afecta a todos los tuyos.

HOY TE DIGO que desobedecer la voz de Dios tiene fuertes consecuencias.  Por eso te sientes tan mal cuando pecas, y corres a esconderte porque te da miedo la presencia de Dios.  El pecado te aleja de su presencia y sientes miedo a enfrentar las consecuencias.  Corres a esconderte de un Dios que todo lo sabe y todo lo ve.  Sabes que tu comportamiento tiene sus consecuencias.  Si lo haces bien, tendrás recompensas, pero si lo haces mal tendrás tu castigo.  No corras a esconderte de la presencia de Dios.  Corre a arrepentirte y a humillarte ante El, y con amor y misericordia te guiara por el buen camino.  No vuelvas a esconderte de El, corre a su presencia arrepentido y humíllate y recibe su perdón. 

No hay comentarios: