Muchas veces actuamos a espaldas de Dios pensando que no nos
ve, que se le olvidara lo que hicimos o que no lo tomara en cuenta porque nos
ama tanto o porque ya nos perdono. Grave
error. Cada dia debemos evaluar nuestro
comportamiento y ver si reflejamos a Dios en cada paso que damos. Somos muy comprensibles con nosotros mismos,
pero con los demás hacemos un juicio ligero.
Cuando eres malinterpretado o juzgado quieres tiempo para aclarar y
explicar como fueron las cosas, pero a tu prójimo lo juzgas a simple
vista. Galatas 6 nos da una guía fácil para
interactuar con los demás. Dice asi: “Amados
hermanos, si otro creyente está dominado por algún pecado, ustedes, que
son espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y
humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación. Ayúdense
a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de
Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, sólo
te engañas a ti mismo. No eres tan importante. Presta mucha atención a tu
propio trabajo, porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien
tu labor y no tendrás que compararte con nadie. Pues cada uno es
responsable de su propia conducta.”
