La
vida nos pone en situaciones difíciles, nos acorrala y nos deja sin
salida. A veces estamos desorientados y
no sabemos qué camino tomar. Solo podemos
llorar ante la desesperación e impotencia. Pensamos que Dios no nos entiende o
no entendemos a Dios. Tratamos de
descifrar el mensaje oculto a través de estos procesos. Creemos que no estamos hablando el mismo
idioma o que la comunicación ha fallado.
Pero cuando no sabemos qué decir o que hacer tenemos el Espíritu de Dios
que nos interpreta. En Romanos 6: 26 nos
dice: “De igual manera, el Espíritu nos
ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, cuando no sabemos qué pedirle a Dios,
el Espíritu mismo le pide a Dios por nosotros. El Espíritu le habla a Dios a
través de gemidos imposibles de expresar con palabras”.
HOY
TE DIGO que dejes al Espíritu de Dios que sea tu traductor. Si tu no sabes que decir, que hacer o qué
camino tomar el Espíritu de Dios gime por nosotros. No hay palabras para expresar lo que sientes,
pero el Espíritu tiene un lenguaje especial que se activa para hablar con Dios
cuando en nuestra humanidad no podemos hacerlo nosotros.