Alguna
vez te has sentido sin esperanza, sin futuro, sin fuerzas. Sientes que ya no vas más, que es tu último intento,
que de esta te retiras, que si no resulta ahora, te rindes. La historia que les
voy a contar es de una viuda que pasaba tantas necesidades y escases en su país, donde había una sequia
fatal y no tenían alimentos (1 Reyes 17:8).
Apenas le quedaba alimento para ese día.
Salió a buscar leña para cocinar lo que le quedaba para ella y para su
hijo y dejarse morir después. En el
camino se encuentra con un desconocido que le pide agua y también le pide
pan. Ella le explica que lo único que le
quedaba era harina y aceite, que lo iba a cocinar para ella y su hijo. El le dice que no tenga miedo, que le hiciera un poco a el, y luego hiciera
para ellos, porque Dios había ordenado que no se acabaría el aceite y la harina
hasta que volviera a llover en su país. Esta mujer reconoció el hombre y el
mensaje de dios, obedeció y vio su milagro.
Los tres tuvieron comida para muchos días según Dios le prometió.
HOY
TE DIGO que esta historia tiene cosas interesantes. Veamos.
Viene un desconocido a pedirte que le des el único alimento que te queda
cuando tú te estás muriendo de hambre. Tuvo
que ver la presencia de Dios en el, para obedecer y darle el alimento suyo y de
su hijo a un extraño. La fe indujo a esta viuda a creer y pudo ver su
milagro. De lo contrario hubieran muerto
de hambre. Aun en medio de nuestras
necesidades podemos ayudar a los demás y seremos bendecidos grandemente. Ella demostró temer a Dios, caminó en fe y obedeció
la palabra que le dio el profeta y Dios honra su fe. Dios proveerá también a ti y a tu familia de
todo lo que te haga falta para vivir. Si
crees que estás viviendo el momento de una mas y me muero, camina en fe,
obedece y veras el milagro que necesitas para subsistir.
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