Decidí
vivir mi vida a mi manera. Tome decisiones sin medir consecuencias. Viví sin reglas y sin obediencia. Dirigí mi destino que me condujo al
fracaso. No quise aceptarlo y te culpe a
ti. Camine con el peso del dolor, de la desilusión, del fracaso, de la derrota
y de la decepción. Mientras te ignoraba tu no apartabas tu mirada de mi. Recogiste mi vida con tu gracia y con grande
misericordia. Enderezaste mis camino, mi
rumbo que me condujo a la felicidad interna.
Y aunque se que aun no has terminado conmigo mi vida está llena de
paz. Cuando valore el sacrificio que
hiciste por mi supe que nadie mas me amaría de esa manera. Tengo que agradecerte tu gran amor y adorarte por todo lo bueno que fuiste conmigo.
HOY
TE DIGO que si caminas por la vida,
dirigiendo tu rumbo y no te lleva a ningún lado, hay uno que no aparta sus ojos
de ti. Mientras lo ignoras el esta muy
atento a cada paso tuyo. Te ha cuidado,
te ha preservado para el. Mientras tu lo
ignoras el tiene toda su atención puesta en ti.
Decídete a caminar en dirección a el.
En salmos 32:8 Dios te dice: “Te
haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré
mis ojos”. Mientras tu lo ignorabas el estaba guardándote.
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