jueves, 6 de octubre de 2011

ATRAPANDO EL VIENTO


En este mundo hay mucha gente maltratada por otros que usan su poder para menospreciar a los demás.  Eso marca la vida de las personas pues sienten que no son valorados ni tomados en cuenta.  Hay gente que vive solitario, pensando solo en ellos mismos, que no gozan la vida, y se concentra solo en sus asuntos.  A otros no le importa el dolor ajeno, hacen una comedia del sufrimiento de los demás, hacen juicio, dictan sentencia y se creen intocables.  Personas que no se conmueven ante la necesidad de otros y caminan indiferente viendo el sufrimiento que muchas ellos mismos ocasionan.  Seres humanos buscando progresar, pero pisoteando y rebajando al que está a su paso, para de esa forma adelantar su progreso.   Y también hay que mencionar  los que se pasan criticando y chismeando cuando los demás suben, y ellos abajo manchando reputaciones,  con insinuaciones, rumores y todo tipo de comentarios, que no saben si son ciertos, pero los repiten con la mera intención de mancillar reputaciones.  En este mundo nos ha tocado vivir.  Esas son personas que creen que pueden atrapar el viento.  En Eclesiastés 4:9 dice:  La verdad, «más valen dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse.  Dios ordena claramente que nos ayudemos los unos a los otros.  definitivamente eres más feliz Cuando tienes con quien compartir tu vida,.  Siempre tienes algo que ofrecer a los demás y ellos a su vez, tienen algo que darte.  Una sonrisa, una conversación, darse ánimo mutuamente, llenarse de valor cuando algo anda mal, te sirve de testigo en cualquier alegación.  Te acompaña en tu soledad, en tu enfermedad, en tus días negros.  Pero siempre es mejor dos, que uno.

HOY TE DIGO que si tienes una persona a tu lado con quien compartir tu vida, eres muy bendecido.  Dale el justo valor a ese amigo, pareja, padre, madre, hermano, primo, compañero, hermano en Cristo.  Pero Dios ha enviado gente a tu vida para que no estés solo.  Una vida solitaria es lo mismo que querer atrapar el viento.  Esto es imposible de hacer.  Tampoco es bueno que vivas de forma solitaria cuando tienes tantas cosas que compartir, tantas cosas que recibir de otros.  Desde una sonrisa, una palabra, un abrazo o una mirada.  Es hora de seguir los consejos de la biblia cuando dice “mas valen dos que uno”.  Deja de vivir en soledad y anímate a compartir tu existencia con alguien que seguramente lo puede estar necesitando.  

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