Todos
pueden ver claramente el cambio que Dios ha hecho en nuestras vidas. Está a la vista de todos como una carta de presentación
porque el Espíritu de Dios lo escribió para que todos lo puedan leer. No necesita
explicación, interpretación o traducción.
Nuestra vida alineada a Dios, cumpliendo sus mandamientos, comportándonos
correctamente y dando ejemplo de santidad, esa es la carta de presentación que
los demás podrán leer. No necesitamos
hablar bien de nosotros mismos ni que alguien nos recomiende, ni presentar
alguna carta. Tu comportamiento habla
por ti. Cuando Dios le entrego las
tablas con la ley a Moisés, el resplandor que tenia era tan grande que nadie le
podía mirar a la cara. Compórtate tan
correctamente que seas espejo y reflejo de lo que los demás esperan de si mismo
(2 Corintios 3).
HOY
TE DIGO que tu comportamiento debe reflejar un brillo tan inmenso, que los demás
puedan ver la diferencia y se evalúen a través de ti. Se ejemplo y guía para que los demás te
imiten. No necesitas carta de presentación
o de recomendación. El Espíritu de Dios
se reflejara en ti y todos verán la diferencia.
Se la luz de Dios, alumbra con tu buena conducta y se guía a los demás. Refleja el Espíritu de Dios sobre tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario