Una
atracción muy popular diseñada para la diversión de personas en las ferias o
parques de atracciones es la montana rusa.
Es un sube y baja a gran velocidad en circuitos que en ocasiones quedas
boca abajo por unos instantes. Se origino
en Rusia, de ahí sale su nombre, y llego posteriormente a Estados Unidos. Como medio de diversión tiene un poco de
riesgo y mucha velocidad, aunque son muy seguras. La probabilidad de morir en una montaña rusa
es de una en 250,000,000; o sea, es más peligroso ir en un carro, en tren o en avión
que montarse en una de estas maquinas. En
la vida a veces nos sentimos que estamos viajando en una montaña rusa. La vida sube y baja y en un día lleno de
emociones sientes que estas en el “vaivén” de una de ellas. Hay días en que pasamos de la alegría a la
tristeza, de la risa al llanto, de la emoción a la desolación.
HOY
TE DIGO que aunque la vida tengas altas y bajas, y parezca que te has
subido a una montaña rusa, esa es la emoción
de la vida. Súbete a la vida, disfrútala,
corre riesgos, reta la velocidad y gózate el viaje. Al fin y al cabo vale la pena el recorrido y
el riesgo, pues no saldremos vivos de ella.
Te imaginas que aburrida la vida sin todas esas emociones. Gózate en medio del problema, alza los brazos
en los peores momentos, agacha la cabeza y corta el viento de la tempestad, ríe
y disfruta como si no se volviera a repetir.
Disfruta la altura, enfócate en las áreas bajas, porque estas son las
cosas que le dan sabor a la vida. Cuando
acabes tu recorrido estas son las cosas que siempre recordaras. En 2 Timoteo 4:7 dice: “He peleado la buena
batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe”.
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