miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL MEJOR REGALO

En la época navideña se reciben muchos regalos.  En la noche buena los niños se acuestan temprano esperando que el supuesto personaje llamado Santa Claus, de manera mágica abra las puertas y le deposite los regalos que te antemano el niño había indicado.  Los padres emocionados no nos queremos perder la reacción de felicidad de nuestros hijos al encontrar sus regalos.  Esto es una tradición familiar que se celebra cada año hasta que los niños descubren que el tal gordito Santa no existe, y que son sus padres quienes dejan los regalos allí.  A algunos le da lo mismo descubrir la verdad, pero otros sufren una desilusión al sentirse de alguna manera engañados por sus propios padres.  Pero les quiero hablar del mejor regalo que hemos recibido en Navidad.  En una ciudad lejana nace de una joven virgen llamada María y de un carpintero llamado José, el niño que iba a ser el salvador del mundo.  Cuando llegaron a la ciudad no tenían donde quedarse y lo único que encontraron fue un humilde pesebre.  Allí nació Jesús.  Un coro de ángeles anuncio su llegada y una estrella guio a unos magos hasta el lugar de nacimiento.  Aunque no había televisión, ni teléfonos, ni internet, Dios encontró la manera de informar a los demás que el salvador había nacido.  Posteriormente ese bebe creció y se convirtió en el hombre que sacrifico su vida por nuestros pecados.  En navidad celebramos el nacimiento de Jesús, y recibimos el mejor regalo que nos han dado en nuestra vida: El redentor.  Jesús pago el precio de todos nuestros pecados y hemos sido salvados por El.

HOY TE DIGO que en navidad celebres que recibiste el mejor regalo que  alguien te haya podido dar.  Un redentor nació y ofrendó su vida por ti y por tus pecados.  Cualquier otro regalo es perecedero, te cansas de el, lo dejas de usar o lo regalas.  Este regalo te acompañara siempre en tu vida y no tiene precio, ni puedes calcular su valor.  Yo vivo súper agradecida porque un día de Navidad nació el hombre que más me ha amado en mi vida, y el que me demostró su amor dando su vida por mis pecados.  Tú también recibiste el mejor regalo: el nacimiento de tu futuro redentor.

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