Al tercer día de Jesús ser crucificado, un ángel como un relámpago movió la piedra y le mostró a las mujeres la tumba vacía. El ángel le dijo en español boricua: quédense tranquilas, que ya El resucito, ya no está aquí; y le mostró la tumba vacía. Pero le dijo a estas dos mujeres que le contaran la noticia a los discípulos y que fueran a Galilea que allí lo iban a volver a ver. Ellas se fueron corriendo a darle la noticia, pero en el camino se encontraron a Jesús y le adoraron. Llegaron allí, y los discípulos pudieron ver a Jesús personalmente, aunque algunos dudaron. Pero les dijo Jesús: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Y les dió tres instrucciones. Primero: id, y haced discípulos a todas las naciones; segundo: bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Tercero: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Hoy nos toca a nosotros contarle la noticia a todo el mundo que Jesús resucitó, que su cruz está vacía y su tumba también. Que nos dejó unas instrucciones muy claras. Tenemos que predicar el reino de Dios, tenemos que bautizarnos y tenemos que guardar sus ordenanzas. Cuéntale la noticia: diles que tu Dios está vivo, que resucitó, que la muerte no lo venció, que salió mas poderoso de su tumba. Cuéntale la noticia que tambien te resucitó a ti. Que lo que creías que era tu final, tu muerte, tu derrota, Dios lo convirtió en tu resurección. Hoy ganastes tu batalla, hoy derrotastes al enemigo, hoy resucitas a una nueva vida con El.
HOY TE DIGO que le cuentes la noticia de la resurección de Jesús a todo el mundo. Cuéntale la noticia que a ti también te resucitó, que a ti también se te presentó, que a ti también te dió unas instrucciones. Que tu vas a regar la noticia en tu vecindario, en tu barrio, en tu pueblo, en tu país. Que todo el mundo sepa que su resurección también te inyectó vida. Que todos sepan que no te vas a cansar de hablar de la nueva vida que estas viviendo, porque es la evidencia y la prueba viviente que Dios también te resucitó y te dió una nueva oportunidad de levantarte triunfante de tu tumba, a pesar de los pronósticos de muchos, que pensaban que te ibas a morir de esa. Jesús resucitó y tu también con El. La muerte no lo venció y tampoco a ti. La cruz no lo mató y tampoco tu prueba. Resucitó! Resucitó!. Resucitamos con El.
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