jueves, 28 de abril de 2011

MIENTRAS ESPERO ...

Cuando Dios declara una palabra, ya sea en la biblia, por un profeta, o por deseo de tu corazón; aunque tarde, se cumple.  En Habacuc 2:3 dice: "Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará". Todo lo que Dios prometió y declaró sobre tu vida lo vas a ver.  A veces creemos que si lo dijo hoy lo vamos a ver mañana.  Tenemos que pasar unos procesos, unos entrenamientos, unos aprendizajes.  Mientras espero podemos hacer unas cuantas cosas: orar, ayunar, meditar en su palabra.  Tenemos que declarar que esa promesa la vamos a ver, aunque tarde, tenemos que esperar su cumplimiento.  Muchas veces no las  vemos porque nos desesperamos, desistimos, nos alejamos de El, y por eso tarda aún más. Si Dios ha declarado sobre tu vida sanidad, el médico por excelencia hará el milagro en ti.  Declára sanidad aunque te veas deteriorado, aunque muchos no lo crean, creélo tu.  El no te hará quedar mal.  Si te ha prometido un ministerio, mientras esperas el cumplimiento de su profecía, empápate de su palabra, de su unción, de su poder.  Si te ha prometido mejorar tus finanzas, ves planeando como vas a hacer funcionar tu negocio, tu idea, tu sueño.  Si te ha declarado restauración en tu matrimonio, en tu familia, con tus hijos, vive como si ya lo hubiera hecho.  Con tu comportamiento no entorpezcas su obra. Empieza a actuar como si ya estuviera restaurado.  Si nos prometió que vendría por nosotros, por su iglesia, por su pueblo, actúa como si estuvieras en el cielo, y empieza a adorarle.  Mientras esperamos el cumplimiento de su palabra tenemos que actuar como si ya lo hubiera hecho.  

HOY TE DIGO Que lo que Dios prometió, el lo cumple.  En Números 23:19, "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta".  Todo lo que declaró sobre tu vida, lo que te prometió, lo que profetizó, en su tiempo, lo vas a ver.  Pero mientras esperas su cumplimiento tienes que vivir como si ya lo hubiera hecho.  Empieza a prepararte espiritualmente, para cuando llegue el momento estes listo, y puedas  realizar el ministerio que te prometió.  Mientras esperamos, debes orar y ayunar, leer su palabra, creer firmemente y declarar en fe que todo lo que Dios prometió sobre tu vida se cumplirá.  Ahora mismo estamos en la sala de espera, pronto nos llamarán y tenemos que estar preparados para empezar inmediatamente nuestro ministerio. 

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