Lázaro de Betania estaba muy enfermo. Sus hermanas le mandaron a decir a Jesús: "Señor, he aquí el que amas está enfermo". Oyéndolo Jesús, dijo: "Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella". Pero a pesar de que los amaba mucho, y de que Lázaro estaba tan enfermo, Jesús se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Cuando llegó ya Lázaro había muerto. Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto". Te imaginas que tu familiar se está muriendo, mandas a buscar al que lo puede salvar, que además sabes que lo ama y no lo va a dejar a morir, pero esa persona tarda tanto, que cuando llega ya se ha muerto tu familiar. Lo primero que piensas es: ya para que vienes, ya se murió; si hubiera avanzado lo hubiera salvado, no le dió importancia, no vió la urgencia, o no le importó. Humanamente esos serían nuestros primeros pensamientos. Pero ya Jesús le había dicho que esa enfermedad no era para muerte. Esa fue la razón por la que no se apresuró, por la que dejó pasar un tiempo sin ir, porque sabía de antemano que no iba a morir de eso. Ella le dice esta frase: "si hubieras estado aqui". Sabía que El tenía el poder para sanarlo, lo que no pensó jamás era que tenía el poder para resucitarlo. Si hubieras estado aqui la cosa sería diferente, si hubieras estado aqui no hubiera muerto, o sea, llegastes tarde, ya no se puede hacer nada, ya el murió. Mi imagino a Jesús mirándola y pensando esta mujer parece que no me entendió, o no me creyó. Si ya le dije que no iba a morir de eso. Pero déjame tranquilizarla porque ya está histérica llorando y todo el mundo llorando también, voy a demostrarle que no se va a quedar sin su hermano. Inmediatamente le ordena a Lázaro que saliera, y asi fue, se levantó y salió a donde Jesús.

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