sábado, 7 de julio de 2012

CONSTRUYENDO UN CORAZON


El corazón es un templo, donde le permitimos entrar las cosas buenas o las malas.  Las cosas que dejes entrar a tu corazón serán las que definan tu estilo de vida.  Si dejas pasar todo lo bueno, lo correcto y lo agradable a los ojos de Dios, construyes tu corazón conforme al propósito de Dios y todo te irá bien.  Si lo llenas de cosas malas, negativas e incorrectas, sobre ti construirás muros pesados que un día te pueden caer encima y destruirte.  La historia que les contaré es de un hombre que aprendió a través de su padre a vivir conforme a las mandamientos de Dios.  Salomón, era un hijo del Rey David, que le gustaba agradar a Dios.  Por mandato de Dios llegó a ser el Rey de Israel y en una ocasión Dios le pregunta:  Que quieres que te dé?  Sin pensarlo dos veces le pidió a Dios sabiduría para gobernar al pueblo tan numeroso que Dios le puso en sus manos.  A Dios le agrado tanto su respuesta, que además le dio las mayores riquezas del mundo.  Con eso le construyó un altar a Dios, pero hizo el mejor templo jamás imaginado para su Dios. Todos se asombraron de los detalles y del valor de aquel templo que Salomón hizo a Dios.  Todos comentaban de la sabiduría y las riquezas de este Rey.  Le dio lo mejor a Dios, pero también le pidió que siempre, las oraciones que hicieran desde ese templo, fueron escuchadas y contestadas por Dios. 

HOY TE DIGO que sigas el ejemplo de salomón.  Construye en tu corazón un templo donde le des lo mejor para Dios.  Cuando Dios vea tu corazón, en lo más profundo, y todo lo que allí hay guardado sea conforme al mismo corazón de Él; si no ve maldad, ni corajes, ni rencores, ni nada negativo, y todo lo que fluya sea amor, paz, armonía, buenos pensamientos; te preguntará que quieres que te dé.  No solo te dará lo que estas pidiendo, sino aun mas.  Cosas que ni siquiera imaginabas o esperabas empezaran a llegar a tu vida.  De todos lados comentaran sobre ti, y sabrán y reconocerán que has construido un corazón conforme al propósito de Dios.

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