martes, 10 de julio de 2012

LO VERAS


En ocasiones nos quejamos por las injusticias y queremos que Dios entre en acción tan pronto le pidamos que intervenga.  Creemos que Dios está a nuestra disposición para actuar según le pedimos.  Nos creemos con el derecho de ordenarle a Dios lo que tiene que hacer y cuando lo tiene que hacer.  Desearíamos tener un control remoto para activar a Dios y darle “play” y que funcione a nuestro antojo.  Habacuc es el típico caso del hombre que cuando ve una injusticia le pide a Dios que actúe rápido.  Solo ve un pueblo que no está cumpliendo con las leyes y que actúan con maldad y violencia.  Se preocupa más por la justicia que por la falta de arrepentimiento de un pueblo.  Dios le contesta:  “te voy a decir lo que va a pasar; aunque tardara un poco en cumplirse, no te desesperes porque puedo asegurarte que se cumplirá”.  Y le dice que en su momento El hará justicia.  Pero el profeta se queda angustiado.  Como es posible  que Dios pueda permanecer quieto y silencioso ante tanta injusticia.  Pero Dios tenía un plan mejor de cómo los iba a derrotar y a humillar.  Finalmente Habacuc entiende los planes de Dios y se queda tranquilo, pues sabe que la justicia va a llegar.  Al final está convencido de que aunque le quiten todo, no tenga nada; se alegrará en Jehová porque sabe que Dios en su momento va a intervenir. 

HOY TE DIGO que con frecuencia nos sentimos como el profeta Habacuc.  Vemos injusticias, clamamos a Dios, sentimos que no nos escucha, queremos la intervención divina y no llega.  Nos desesperamos, cuestionamos a Dios, le queremos dar órdenes.  Pero cuando Dios nos muestra su plan, nos quedamos sorprendidos.  Definitivamente su plan era mejor que el nuestro.  Aunque la respuesta tardara, espérala porque sin duda vendrá.  Esta es la lección que nos toca aprender.  El justo vivirá por la fe.  Espera con fe, confiado y veras su pronta intervención que será mucho mejor de lo que pediste o imaginaste. 

No hay comentarios: