Cuando Dios te quiere bendecir cambia tradiciones, planes, costumbres, leyes o decretos. Hace cosas sorprendentemente nuevas para que alcances tu bendición que por lo general es súper abundante. En Génesis 48 vemos a dos jóvenes que cambiaron la historia y tradición del mundo. El abuelo Jacob estaba casi ciego, muy viejo y en sus últimos días y llama a los hijos de José que eran sus nietos, el mayor llamado Manases y el menor Efraín. Se acostumbraba colocar la mano derecha en el mayor para que recibiera mayor bendición. A propósito Jacob pone la mano derecha sobre el menor, Efraín. José pensando que su padre estaba equivocado o que no veía bien, le quito la mano del menor y le dijo ponla encima del mayor. Pero el abuelo Jacob le dijo: “Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones”. Sucedió que ambos fueron engrandecidos, pero el menor fue más grande y reconocido que el primogénito.

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