lunes, 6 de junio de 2011

BUSCANDO UN POZO

La vida está llena de cambios inesperados que nos llevan de un lado a otro.  Sucede algo de repente, y le damos un giro a nuestra vida.  Las circunstancias nos hacen cambiar de dirección.  A veces vamos por el camino de la vida, pero cojemos el sendero equivocado.  A veces son nuestras decisiones, a veces la vida toma su rumbo, pero de alguna manera llegamos a situaciones difíciles que las podemos llamar desiertos.  Definimos la palabra desierto como una zona donde recibe pocas precipitaciones, donde casi no llueve, donde el terreno es seco y árido y no hay mucha vegetación.  Por lo tanto la gente no vive mucho en estas zonas, porque escasea el agua.  Pero también es conocido por todos que en los desiertos siempre hay pozos escondidos.  Un pozo es un orificio o túnel profundo en la tierra pero que tiene una reserva de agua.  Durante nuestra existencia nos toca pasar por los desiertos.  Estas son las situaciones que se nos presentan que nada sale bien, donde todo se complica, donde no encontramos soluciones a nuestros problemas, donde hay escasez económica, donde la enfermedad llega y nuestra vida carece de agua o de bendiciones celestiales.  Creemos que morimos deshidratos porque no llega el agua.  Y cuando ya creemos que es nuestro  final que vamos a morir de sed, encontramos un pozo.  Ni lo vemos, vamos casi arrastrándonos, y caemos en el.  Al fin vemos el agua tan deseada para tomar e hidratarnos y así poder terminar nuestro viaje.   Es verdad que Dios te permite pasar desiertos, llamados problemas, necesidades, enfermedad, escasez.  Pero también te ha preparado un pozo para que caigas en el y resuelvas tu situación y puedas continuar tu rumbo sin contratiempos.  En Génesis 26 cuenta la historia de Isaac cuando Dios lo envió a vivir como forastero en Gerar, y le dijo que le iba a dar todas esas tierras, según se lo había prometido a su padre Abraham. Así fue, cosechó, se enriqueció y fue prosperado.  Pero el rey se enojó por esto y lo mandó a salir de aquella tierra.  Isaac se fue y en el camino encontró un pozo de aguas vivas.  Pero la gente de allí dijo que el pozo era de ellos e Isaac se fue, de allí,, encontró otro pozo, pasó lo mismo pero encontró un tercer pozo,  entonces si pudo quedarse con ese.  Luego ellos reconocieron que Dios estaba con Isaac y fueron e hicieron las pases con el.  En esta historia puedes ver claramente, que cuando Dios te permite pasar un desierto ya te tiene un pozo.  En este caso encontró tres pozos.  

HOY TE DIGO que en la vida pasaremos desiertos que son los que denominamos como problemas, enfermedad o necesidad.  Pero Dios tiene provisto un pozo que es la solución a cada sitaución que se te presente.  Dios no te va a permitir entrar a un desierto, si antes no te ha preparado un pozo.  No importa el desierto que estés atravesando, si estas sin fuerzas, deshidratado, derrotado o vencido.  Aunque te estés arrastrando te vas a encontrar con el pozo.  Hay agua subterránea para que satisfagas tu sed.  Dios tiene la provisión preparada para cada situación que se te presente.  Es verdad que estas pasando por un desierto, que estas buscando un pozo desesperadamente, porque crees desfallecer, pero encuentras el pozo o caes en el pozo, pero la solución está preparada para ti.  No te asutes cuando te toque pasar un desierto, un problema, una situación difícil.  Porque también te vas a tropezar con tu pozo, con la solución, con la bendición.

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