lunes, 11 de julio de 2011

EPOCA DE TORMENTAS

El verano es el momento en que se producen muchas tormentas. Lo ocasionan dos o más masas de aire con diferentes temperaturas. Este contraste desata una inestabilidad caracterizada por lluvias, fuertes vientos, relámpagos, truenos, nieves y granizos. Se define como tormenta a aquella nube capaz de producir un trueno audible. De fuerzas opuestas puede crear vientos y resultar en la formación de nubes de tormenta.  Cuando se alcanza la tensión de ruptura del aire es el momento en el que se genera el rayo que da origen a los relámpagos y truenos. Según los vientos sostenidos se cataloga entre tormenta, huracán o ciclón.  Aunque su duración es de varias horas, los fuertes vientos hacen que parezca larga su duración y destruye todo lo que encuentre a su paso.  Así también nos sucede en la vida.  De fuerzas opuestas se producen estos vientos, estas buscando de Dios y de momento el enemigo de tu vida lanza un viento contrario y se genera el rayo del problema que quiere destruir nuestra existencia.  Sus fuertes vientos amenazan nuestra estabilidad y nuestra paz.  Y aunque es corta su duración nos parece que el problema no se quiere ir y que no vamos a poder aguantar todo la destrucción a su paso.  Pero de repente, cesan esos vientos y hacemos un inventario de los pedazos que nos quedaron y pensamos que no hay manera de reconstruir nada con esos restos nuestros.  Llega entonces la sabiduría divina, la tranquilidad que Dios nos da y la fortaleza para levantarnos nuevamente.  Empieza la reconstrucción de nuestras vidas y un día nos damos cuenta, que gracias a la tormenta que un día nos destrozó, es que pudimos reconstruir la vida hermosa que ahora tenemos.  Y para nuestra sorpresa, hasta nos sentimos raros, porque casi ni recordamos como era nuestra vida de entonces.  

HOY TE DIGO que Dios permite tormentas en tu vida, pero no con el propósito de destrozarte, si no con la finalidad de limpiar y sacar de tu vida todas esas cosas que no son agradables a el, y que empieces a construir un vida feliz y placentera.  Ninguna tormenta, ningún viento contrario, ningún rayo o los fuertes vientos, vienen a acabar contigo. Todo lo contrario.  Limpiará y se llevarán todas aquellas cosas que no aportan a tu crecimiento espirirtual, y preparan el terreno de tu vida para la reconstrucción y creación de cosas hermosas que Dios quiere levantar en tu vida.  No te asustes por los vientos fuertes, solo están arrancando lo negativo de tu vida.  Tienen su tiempo de duración.  Una vez arranquen lo que te estorbe para tu crecimiento, tienen una orden celestial de abandonar tu territorio.  Te dejarán tu terreno preparado para que Dios deposite en el dones y talentos que ni tu mismo sabía que poseías.  Es el momento de guardarte y confiar en Dios mientras pasa la tormenta y arranca lo que no sirve en tu vida.  Y luego que pase, salir a ver y a esperar las cosas nuevas que Dios va a construir sobre el terreno ya fértil que Dios dejó. Ya la tormenta pasó. Prepárate a ver lo nuevo en tu vida.  

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