domingo, 31 de julio de 2011

TRANSFORMADOS EN SU PRESENCIA


Transformar se define como  hacer que una persona o cosa cambie de forma o de aspecto, sea distinta, pero sin alterar sus características esenciales o hacer que una cosa se convierta en otra distinta.  Todos en la vida hemos sido transformados.   Ya sea por lo que nos tocó vivir,   por las desgracias, por las malas decisiones, por los errores o fracasos, pero de alguna manera hemos cambiado, somos distintos o nos hemos convertidos en otras personas.  Pero cuando nos acercamos a Dios, entonces si somos transformados.  Un solo instante en su presencia es suficiente para cambiar nuestro existir.  Cambias tu comportamiento, tu vocabulario, tu carácter, tus pensamientos, tu presente y tu futuro.  Cuando tomamos la decisión de incluir a Dios en nuestra vida proyectamos paz, mansedumbre, gozo, felicidad, amor, caridad, e impactamos todo nuestro alrededor.  La gente empieza a notar un cambio en ti, saben que ya no eres el mismo de antes, tu aspecto es diferente, pareces distinto.  Cuando decidimos imitar a Cristo, el Espíritu Santo te empieza a revelar cosas, te  empieza a señalar lo que está mal y tú sientes un deseo genuino de cambiarlo, de no ser igual que antes.  Nace en ti el amor por los demás, quieres dejarle saber a todos que hay un Dios que transforma, quieres vivir una vida agradable ante los ojos de Dios.  En cada respiración reflejas a Dios, en cada pensamiento y en cada palabra transmites a Dios, en tu mirar, en tu andar, en tu forma de vivir proyectas a Dios.  Si te acercas a Dios todos notaran que fuiste transformado, que hay un cambio, que no eres el mismo, que eres distinto.  2 corintios 3:18 dice: "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor".

HOY TE DIGO que cuando Dios nos transforma somos como un espejo que reflejamos la grandeza de Dios.  El Espíritu Santo obrando en nosotros hace que nos parezcamos mas a Él, nuestros rostros son mas resplandecientes, nuestras vidas gradualmente van agradando mas a Dios, y nosotros sin darnos cuenta vamos imitando a Cristo en cada paso que damos.  Es imposible acercarte a Dios y no ser transformado.  Tu vida y tu aspecto cambia, tu rostro es diferente, eres distinto y todos los notan.  Eso debe contagiar a los demás, que se pregunten  porque estas diferente y quieran acercarse a Dios, para al igual a ti, ser transformados en su presencia.

No hay comentarios: